Muy buenas queridos lectores, os tenía más que abandonados por aquí, la verdad sea dicha, pero me lo estoy tomando más que enserio esto de reseñar libros, y estoy descubriendo cada vez, autores y libros que me sorprenden, y para bien.
Siempre digo, que cada libro tiene su lector, y que lo que a mí me puede fascinar, a otros no tanto, pero este año he descubierto, que también cada libro tiene su época. Con esto os quiero decir, para que me entendías, que hay veces que nuestro cerebro no está receptivo con la lectura que estás, y te da mensajes contradictorios, o lo distorsiona de tal manera que recuerda otra cosa.
A mí me ha pasado con “La mano de Fátima” de Ildefonso Falcones, su primer libro lo tenía tan grabado a fuego en la mente, porque me pasa con los libros que me fascinan, se quedan grabados a fuego, y con el de “La mano de Fátima”, tenía totalmente distorsionado el libro, lo único que recordaba de él, era la matanza de los moros a cristianos y de cristianos a moros, y para nada es así.
En la opulenta Córdoba de la segunda mitad del siglo XVI, un joven morisco, desgarrado entre dos culturas y dos amores, inicia una ardiente lucha por la tolerancia religiosa y los derechos de su pueblo.
La historia de un joven atrapado entre dos religiones y dos amores, en busca de su libertad y la de su pueblo, en la Andalucía del siglo XVI.
En 1568, en los valles y montes de las Alpujarras, ha estallado el grito de la rebelión: hartos de injusticias, expolio y humillaciones, los moriscos se enfrentan a los cristianos e inician una desigual pugna que sólo puede terminar con su derrota y dispersión por todo el reino de Castilla.
Entre los sublevados se encuentra el joven Hernando. Hijo de una morisca y del sacerdote que la violó, es rechazado por los moriscos, debido a su origen, y por los cristianos, por la cultura y costumbres de su familia.
Durante la insurrección conoce la brutalidad y crueldad de unos y otros, pero también encuentra el amor en la figura de la valerosa Fátima, la de los grandes ojos negros. A partir de la derrota, forzado a vivir en Córdoba y en medio de las dificultades de la existencia cotidiana, todas sus fuerzas se concentrarán en lograr que su cultura y religión, las de los vencidos, recuperen la dignidad y el papel que merecen. Para ello deberá correr riesgos y atreverse a desafiar las leyes con audaces y peligrosas iniciativas…
Como siempre Ildefonso Falcones no defrauda, en cuanto a documentación histórica, y te aseguro, que si había datos históricos que no sabías, el los desgrana muy bien en todas sus novelas.
Nuestro protagonista, Hernando, apodado el morisco, repudiado tanto por moros como por cristianos, vive durante toda su vida atrapado entre las dos religiones, y eternamente enamorado de Fátima, la mujer de su vida. Desde bien joven lo único que ha conocido ha sido el desprecio de todo el mundo, pero sobre todo de su padrastro, Brahim.
Durante la sublevación su madre junto a otras mujeres de su puebla, quedaron cautivas y Hernando decide ir a salvarla, en su huida Salva a Fátima, pero no será la única a quien salvará en esta contienda. Debatiéndose entre la fe que le inculcó Hamid, el viejo alfaquí que se convirtió en el padre que nunca había tenido, y los desmanes que contempla cometidos en nombre de Alá, su buen corazón le impele a ayudar a Isabel, una niña cristiana cautiva, y a un noble castellano, don Alfonso, que le jura su eterno agradecimiento.
Pero su honestidad le granjea también envidias y enemigos: sobre todo en Ubécar, el arriero ladrón, y Brahim, su cruel padrastro, que no soporta los favores que el rey, y sobre todo la bella Fátima, prodigan a su hijo bastardo, del cual se venga maltratando impunemente a Aisha, su madre. Aprovechando la muerte del rey a manos de sus propios hombres, Brahim consigue condenar a Hernando a la esclavitud y contraer matrimonio con Fátima la muchacha. Su puesto como lugarteniente del nuevo monarca parece
Con los años y por circunstancias, se separan y ambos en la distancia luchan por su misma fe, pero cada una de una forma muy distinta. Mientras Hernando, desde España, a vista de los cristianos es un buen profeta del cristianismo, idea un plan, y lo que más desea, es que ambas religiones sean capaces de convivir en armonía, ya que a pesar de las diferencias que puede haber, tiene un punto de conexión, que es la Virgen María, en la que ambas religiones coinciden. Desde ese punto de unión, su meta es intentar convencer a los cristianos, de que ambas religiones profesan lo mismo, pero desde puntos diferentes.
En este libro, descubriremos las relaciones en las diferentes culturas, mientras en la religión musulmana, el hombre y la mujer se dejan llevar por el clímax del momento y la mujer debe de ser sensual, en las relaciones cristinas, las mujeres son totalmente al contrario, púdicas y no disfrutan de las relaciones. Pero aun así, en ambas culturas, la mujer se debe someter, de una forma u otra.
Durante el libro, conoceremos de primera mano, pequeñas estratagemas que idearon los musulmanes, para poder convivir en paz, las dos religiones, como la creación de documentación falsa, y la aparición de reliquias, que personalmente, en la primera lectura no me percate, ya que como os he dicho, me desencanto por completo.
Sus descripciones de Córdoba y su mezquita, la Alhambra de Granada y todo ese mágico entorno, te transporta a la misma Andalucía del medievo, solo como él sabe hacer.
Si te gusta la historia, este libro te va a encantar. Nos descubre parte de nuestra historia del siglo XVI, y la sublevación de los moriscos. Conocerás entresijos, como la aparición de reliquias y documentación donde se hablaba de puntos de unión entre ambas religiones, la conversión de musulmanes al cristianismo.
Recomendable para adictos a la historia documentada, y con datos y fechas exactas, pero si te gusta la novela histórica, pero no con tantos datos, disfrutarás más de la Catedral del mar, o La novia Gitana.
Esto es todo por hoy, nos vemos en la siguiente lectura…